Vistas a la página:
sábado, 25 de febrero de 2017
Falta poco!
Sábado a la noche en un Fiumicino desierto, solo gente de limpieza y las clases populares que van en línea Vueling low cost en 12 cuotas de precios cuidados. Verán en la foto que faltando poco tiempo para el despegue aún no nos asignan puerta. Eso sí, el único empleado que vino a dar la cara (súper empilchado para salir con su ragazza apenas pueda) asegura que sale puntual. Se llega hora local 05:05, esperamos dormir aunque sea dos de las tres horas que dura el vuelo. La expectativa es enorme. Veremos. Mucho idioma hebreo en el preembarque. Hertz nos espera con un auto y de allí, Dios mediante, a Jaffa -asimilado a Tel Aviv como un barrio más, a ver el mar, comer unas croissants y asistir a Misa en San Pablo a las 09:00 (espero que el dato sea bueno, Juan B me mata!).
Que buenos momentos en Roma. Inolvidables. Claro que quedan cosas por ver y experiencias por vivir, pero terminamos cumpliendo más de lo previsto. Me hubiera gustado ver -rezar- en la tumba de Pedro, pero no hubo caso en la reserva en Uffici Scavi del vaticano, solo 250 personas por turno). Juan Bautista es muy buen compañero de viaje, busca, curiosea, camina, tira para adelante, pero tiene cositas ásperas heredadas de su santa madre que nos hace poner alerta. ¿Por qué irritarse si tomo un ascensor vidriado en el interior del Coliseo Romano si a mí me sabe a gloria evitar esas escaleras? Si hasta cerré los ojos y me imaginaba subiendo al palco, sentarme al lado del emperador a ver a esos gladiadores matar o morir! Nos llevamos bien, nos escuchamos, nos gustan cosas parecidas, pero let ti be. Se sonroja con mi inglés amerindio, pero lo importante es relacionarse.
Esta mañana tocaba free, cada uno -luego de un muy bien servido desayuno- disparo a distintos lugares, yo elegí primero un poco más de cama para restablecer el pie izquierdo algo dañado. No quiero aburrirlos por donde anduve, pero si destacar que la chiesa SS Santi apóstole donde están los restos o las reliquias de dos apóstoles queridos de Jesus, Felipe y Santiago el menor, me gustó mucho. En el Cenaculo, Jerusalén, nos acordaremos de los 12.
Mando la foto y otra que nos quedo para próxima.
Que buenos momentos en Roma. Inolvidables. Claro que quedan cosas por ver y experiencias por vivir, pero terminamos cumpliendo más de lo previsto. Me hubiera gustado ver -rezar- en la tumba de Pedro, pero no hubo caso en la reserva en Uffici Scavi del vaticano, solo 250 personas por turno). Juan Bautista es muy buen compañero de viaje, busca, curiosea, camina, tira para adelante, pero tiene cositas ásperas heredadas de su santa madre que nos hace poner alerta. ¿Por qué irritarse si tomo un ascensor vidriado en el interior del Coliseo Romano si a mí me sabe a gloria evitar esas escaleras? Si hasta cerré los ojos y me imaginaba subiendo al palco, sentarme al lado del emperador a ver a esos gladiadores matar o morir! Nos llevamos bien, nos escuchamos, nos gustan cosas parecidas, pero let ti be. Se sonroja con mi inglés amerindio, pero lo importante es relacionarse.
Esta mañana tocaba free, cada uno -luego de un muy bien servido desayuno- disparo a distintos lugares, yo elegí primero un poco más de cama para restablecer el pie izquierdo algo dañado. No quiero aburrirlos por donde anduve, pero si destacar que la chiesa SS Santi apóstole donde están los restos o las reliquias de dos apóstoles queridos de Jesus, Felipe y Santiago el menor, me gustó mucho. En el Cenaculo, Jerusalén, nos acordaremos de los 12.
Mando la foto y otra que nos quedo para próxima.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)