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lunes, 6 de marzo de 2017
Lunes 6 de marzo. Belen.
Hoy tuvimos otro gran día, como le gusta decir a Juan Bautista la Providencia nos acompaña. Y realmente es así.
06:05 am sonó el despertador y 06:20 salimos raudamente a misa en el Sanctissimo Sepulcri. Llegamos justo para acomodarnos y comenzó 06:30 puntual. Éramos un puñadito de laicos y alrededor de 10 frailes que tenemos conocido de vista y algunas monjas. Juan Bautista había detectado que dentro de este statu quo que existe entre las 5 comunidades dentro de la basílica, los Franciscanos tienen unos mosaicos justo entrando al Santo Sepulcro, entre este y la capilla griego ortodoxa llamada Catholicon. Es en estas baldosas donde se da la misa, hoy fue en latín y con música sacra. Nada nos gusta más con Juan Bautista, el evangelio de hoy recuerda a los excluidos del sistema. Cuando finaliza cada ceremonia, esa comunidad se lleva todo el mobiliario, incluida la alfombra, los griegos son de gritar si los horarios se incumplen.
Luego volvimos a casa Nova -albergue donde estamos viviendo- a tomar un desayuno abundante y prepar el picnic del mediodía. Antes de la 09:00 nos trasladamos a la puerta de Damasco a tomar el bondi público al check point de ingreso a Cisjordania. Esta puerta de Damasco existe desde tiempos inmemoriales y en los últimos meses cobró notoriedad por los asesinatos a cuchillazos -en distintos episodios- de soldados israelíes a manos de jóvenes palestinos, que luego de perpetrar el atentado fueron acribillados. La puerta está saturada de soldados y policías fuertemente armados, que se pasan revisando a los palestinos. Que nivel de locura y demencia debe existir para que jóvenes palestinos se inmolen de esa manera, no puede ser, matan un soldado sabiendo que una ráfaga de metralleta acabará con sus vidas segundos después. Estos pensamientos nos perturban y sobrevuelan toda la jornada.
El bondi vino enseguida y en 15 minutos ya estábamos ingresando a territorio palestino, donde gobierna la autoridad palestina, pero que la entrada y salida de personas y cosas es resorte exclusivo de los israelíes. El muro que divide ambos territorios es impresionante, al igual que los galpones de ingreso. Da la sensación que donde haya un movimiento sospechoso, abren fuego. Ya del lado palestino, con Bauchi acordamos ir caminando a la basílica de la Natividad a modo de peregrinación, aún sabiendo que los taxistas árabes se arremolinan para ofrecer sus servicios. Y así ocurrió, te siguen y acosan, se ve que el mango escasea y que el bloqueo israelí hace mermar la actividad económica en general. A las tres cuadras veo bajar a una señora de un auto y le pregunto si íbamos bien por el camino y ella me invitó a subir el auto para que su marido, un Santo, nos lleve. Me tire de cabeza a la parte de atrás del auto y veo que Juan Bautista seguía con la jauría de taxista acosándolo se confunde cuando me vio cómodamente instalado en el móvil. ¡Pensó que me secuestraba un comando palestino! Pero también se metió al auto cuando comenzaba una balacera verbal en arabe entre los ofuscados taxistas y la señora, supongo que por "robarle" el laburo. Abrí la ventanilla e intenté terciar gritando en inglés que eran mis amigos, pero la cosa se puso densa cuando la señora amenazo llamar a la policía. ¡Mamita querida! Al final la Gringa Palestina logró aquietar aguas y ordenó al marido, que tiene un negocio en la plaza Manger, que nos muestre algo de la ciudad y nos deje en la puerta, pequeña, de la basílica. Así fue como los dos peregrinos llegaron a destino, menos mal porque el camino es quebrado y nada corto. Pero la intención estuvo.
La basílica de la Natividad está con algunos arreglos por parte de la autoridad palestina, pero que no constituyen obstáculo para visitar el venerable lugar donde nació el Niño. Es de las más antiguas del mundo, tiene algo de fortaleza y es visible que esta administrada entre Franciscanos (tienen su convento pegado), griegos ortodoxos (custodian la cueva de la Natividad en la cripta) y los armenios (les encantan las velas y luz mortecina). Nos quedamos un buen rato, primero en oración y luego viendo el touch and go de los contingentes de turistas/peregrinos. Otro momento inolvidable. También lo fue la estadía en la contigua iglesia de Santa Catalina. Las cuevas de San José, san Jerónimo y la de los santos inocentes también emocionan. Bauti quizá tenga razón cuando dice que con el tiempo, acaso en esta Semana Santa, caigamos realmente en su verdadera dimensión de los sitios sagrados que estamos conociendo.
Día de pleno sol en Belen y aún no quedaban la gruta de la leche y en Bet Sahur, a 2 km, el campo de los pastores donde los Ángeles le anunciaron a los pastores el Nacimiento de Jesus.
Hora de comer aquí en Jerusalén, seguimos después. Lo mejor está por venir.
Enviado desde mi iPad
06:05 am sonó el despertador y 06:20 salimos raudamente a misa en el Sanctissimo Sepulcri. Llegamos justo para acomodarnos y comenzó 06:30 puntual. Éramos un puñadito de laicos y alrededor de 10 frailes que tenemos conocido de vista y algunas monjas. Juan Bautista había detectado que dentro de este statu quo que existe entre las 5 comunidades dentro de la basílica, los Franciscanos tienen unos mosaicos justo entrando al Santo Sepulcro, entre este y la capilla griego ortodoxa llamada Catholicon. Es en estas baldosas donde se da la misa, hoy fue en latín y con música sacra. Nada nos gusta más con Juan Bautista, el evangelio de hoy recuerda a los excluidos del sistema. Cuando finaliza cada ceremonia, esa comunidad se lleva todo el mobiliario, incluida la alfombra, los griegos son de gritar si los horarios se incumplen.
Luego volvimos a casa Nova -albergue donde estamos viviendo- a tomar un desayuno abundante y prepar el picnic del mediodía. Antes de la 09:00 nos trasladamos a la puerta de Damasco a tomar el bondi público al check point de ingreso a Cisjordania. Esta puerta de Damasco existe desde tiempos inmemoriales y en los últimos meses cobró notoriedad por los asesinatos a cuchillazos -en distintos episodios- de soldados israelíes a manos de jóvenes palestinos, que luego de perpetrar el atentado fueron acribillados. La puerta está saturada de soldados y policías fuertemente armados, que se pasan revisando a los palestinos. Que nivel de locura y demencia debe existir para que jóvenes palestinos se inmolen de esa manera, no puede ser, matan un soldado sabiendo que una ráfaga de metralleta acabará con sus vidas segundos después. Estos pensamientos nos perturban y sobrevuelan toda la jornada.
El bondi vino enseguida y en 15 minutos ya estábamos ingresando a territorio palestino, donde gobierna la autoridad palestina, pero que la entrada y salida de personas y cosas es resorte exclusivo de los israelíes. El muro que divide ambos territorios es impresionante, al igual que los galpones de ingreso. Da la sensación que donde haya un movimiento sospechoso, abren fuego. Ya del lado palestino, con Bauchi acordamos ir caminando a la basílica de la Natividad a modo de peregrinación, aún sabiendo que los taxistas árabes se arremolinan para ofrecer sus servicios. Y así ocurrió, te siguen y acosan, se ve que el mango escasea y que el bloqueo israelí hace mermar la actividad económica en general. A las tres cuadras veo bajar a una señora de un auto y le pregunto si íbamos bien por el camino y ella me invitó a subir el auto para que su marido, un Santo, nos lleve. Me tire de cabeza a la parte de atrás del auto y veo que Juan Bautista seguía con la jauría de taxista acosándolo se confunde cuando me vio cómodamente instalado en el móvil. ¡Pensó que me secuestraba un comando palestino! Pero también se metió al auto cuando comenzaba una balacera verbal en arabe entre los ofuscados taxistas y la señora, supongo que por "robarle" el laburo. Abrí la ventanilla e intenté terciar gritando en inglés que eran mis amigos, pero la cosa se puso densa cuando la señora amenazo llamar a la policía. ¡Mamita querida! Al final la Gringa Palestina logró aquietar aguas y ordenó al marido, que tiene un negocio en la plaza Manger, que nos muestre algo de la ciudad y nos deje en la puerta, pequeña, de la basílica. Así fue como los dos peregrinos llegaron a destino, menos mal porque el camino es quebrado y nada corto. Pero la intención estuvo.
La basílica de la Natividad está con algunos arreglos por parte de la autoridad palestina, pero que no constituyen obstáculo para visitar el venerable lugar donde nació el Niño. Es de las más antiguas del mundo, tiene algo de fortaleza y es visible que esta administrada entre Franciscanos (tienen su convento pegado), griegos ortodoxos (custodian la cueva de la Natividad en la cripta) y los armenios (les encantan las velas y luz mortecina). Nos quedamos un buen rato, primero en oración y luego viendo el touch and go de los contingentes de turistas/peregrinos. Otro momento inolvidable. También lo fue la estadía en la contigua iglesia de Santa Catalina. Las cuevas de San José, san Jerónimo y la de los santos inocentes también emocionan. Bauti quizá tenga razón cuando dice que con el tiempo, acaso en esta Semana Santa, caigamos realmente en su verdadera dimensión de los sitios sagrados que estamos conociendo.
Día de pleno sol en Belen y aún no quedaban la gruta de la leche y en Bet Sahur, a 2 km, el campo de los pastores donde los Ángeles le anunciaron a los pastores el Nacimiento de Jesus.
Hora de comer aquí en Jerusalén, seguimos después. Lo mejor está por venir.
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