Resulta difícil explicar lo que sucedió hoy ya que nosotros tampoco sabemos bien como fue, que ocurrió en el Santo Sepulcro.
Abandonamos la Paz del Monte Tabor a través de las rutas que eligieron JB y el GPS. Íbamos a pasar antes de desembarcar en Jerusalén por Ain Karim a visitar las iglesias de la Visitación y la de San Juan Bautista pero ahí si nos fallo el GPS, creemos que no tiene cargado un túnel de reciente inauguración. No nos hicimos mayor problema, estamos bien de tiempo y lo podemos agendar para otro día. Pasamos por un extenso barrio judio siendo Sabbath, todo cerrado, ningún auto, nada, algunos solos con su indumentaria típica descansando en la calle. Cuadras y cuadras sin cruzarnos con ningún auto. Raro. Llegamos a la puerta de Jaffa, dejamos el auto en el parking y nos instalamos en la Casa Nova Jerusalén dentro de la Old City, un gusto que queríamos darnos a pesar de haber opciones más económicas. Comimos unas sobras que teníamos y comenzamos a recorrer la ciudad vieja, bastante buena la primera impresión, bien, llevadera.
Un par de cuadras bastaron para que ingresáramos al Santo Sepulcro, con la piedra de la Unción dando la bienvenida. Bastante gente, no digo una multitud pero éramos muchos, especialmente en la holy tomb como la llaman los carteles. Nos sentamos un rato para procesar lo que veíamos, si bien sabíamos cómo podía ser, cuesta unos minutos aclimatarte. Subimos al Golgota y logramos entrar al altar de la crucifixión y al altar de la muerte de Jesus, con mucha emoción. Pero la verdad es que seguíamos algo atontados por la situación, la variedad de gente, los cinco ritos que custodian el santo Sepulcro, la forma del "templo", las velas, la decoración, el incienso, las luces y claroscuros, etc, por lo que decidimos alejarnos un poco, respirar, y visitar en los puntos E y F del plano, la capilla de Santa Elena y la capilla de la invención de la Cruz, donde felizmente no había gente ni peregrinos. Estuvimos allí un buen rato y cuando nos recuperamos de las emociones vividas, no sabíamos que nos esperaba vivir otra muy fuerte.
Sucede que el primer sábado de Cuaresma, los cinco ritos (copto, sirio, armenio, ortodoxo griego y los católicos representados por la orden franciscana, Custodia de Tierra Santa) organizan, cada uno por su cuenta, una procesión dentro del Templo, por diferenres itinerarios, ignorándose uno al otro, supongo que dentro del statu que que hace décadas rige la convivencia entre los cinco custodios.
La cuestión es que habían desalojado de gente por completo el Santo Sepulcro, solo quedaban sacerdotes, monjes o religiosos, sin curiosos ni feligreses y menos turistas. Vacío el templo de forasteros, la orden franciscana abría su celebración con todos sus monjes, sacerdotes y religiosas, incluido el arzobispo de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa. ¡Como nos gustan sus cantos en latín, música sacra! Ahí, presentes, se veían tres periodistas católicos y cuatro laicos: dos éramos JB y yo, que veníamos bajando de nuestro escondite. Las puertas del templo, cerradas, y una muchedumbre afuera, incluyendo todos los tours.
Luego de los Franciscanos siguieron de a uno los otros ritos, pero lo curioso es que no esperaban que uno terminara para comenzar el otro, sino que cada uno seguía en la suya, convirtiendo el lugar en varios espacios musicales que se superponían uno al otro. El órgano franciscano se hacía oír en el medio de ese maremagnun de música, cantos y rezos. A las 15:00 comenzó otra procesión franciscana dentro del Santo Sepulcro, las puertas permanecían bloqueadas de manera que hicimos -de vuelta- la procesión completa, por todo el templo, esta vez más largas, con velas y libro de cantos y rezos. Los otros ritos (orientales) seguían su fuesta, sin juntarse con otro, cada uno concentrado en sus alabanzas, hasta las 17:00 hora. Una auténtica Babel. Se ve que el equilibrio entre todos no está exento de tensión. Fue muy emocionante, tanto que ahora, en un rato, a las 23:40 hay una vigilia que vamos a ir (espero que no cierre la puerta de nuestro albergue). Conocimos en un ínterin, antes de la procesión, a un fraile mexicano, que fue sometido a un exhaustivo interrogatorio por parte de JB sobre cómo es eso de las otros ritos (una iglesia, día pulmones), si están asistidas por el Espíritu Santo, y que diferencias hay con la iglesia apostólica romana, la de Pedro y Roma. Quedamos en seguir la charla.
Exultantes, salimos del Santo Sepulcro en medio de las vallas que seguía conteniendo a la gente que aguardaba con paciencia su ingreso. Estoy seguro que mas de uno se preguntaba quienes éramos.
Fue una experiencia divertida, inolvidable, dedicada a Dios.
Enviado desde mi iPad
Increible! El premio por ir solos.
ResponderBorrar